domingo, 15 de mayo de 2011

Un libro... ¿Hay alguien ahí fuera?



<<Busca las señales dijo Aidan. La mariposa era muy bonita, azul, amarilla y blanca, como hecha de encajes.[...] Revoloteó por la sala y se posó en la foto de nuestra boda, en mi rediografias, en la bandera de los Red Sox, en todo lo que significaba algo para Aidan y para mí. Acurrucada en el sofá, yo la obsevaba, hipnotizada.
La mariposa se posó en el mando a distancia y agitó las alas muy deprisa, como si estuviera riendo. Luego, con un roce que apenas noté, se posó en mi cara, mi cejas, mi mejillas, la comisura de mi boca. Me estaba besando.
Luego voló hasta la ventana y se posó sobre el cristal, esperando. Era hora de irse. Por el momento.
Abrí la ventana y el ruido irrumpió en la sala; había un amplio y fabuloso mundo allí fuera. Durante cinco o seis segundos la mariposa revoloteó sobre el alféizar, hasta que finalmente se alejó pequeña y valiente, para seguir viviendo su vida.>>

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